Devocionales diarios

Las “pegas” de Hume al argumento del diseño (2)

Terminaba el post anterior haciendo referencia a un segundo argumento que presenta Filo contra la base del argumento del diseño: la imposibilidad de extrapolar conclusiones de una parte del Universo a su totalidad.

Hoy veremos que esa pretendida objeción, bien replanteada, es más un apoyo a la línea argumental de Cleantes.

 

Antes de continuar, hago una pequeña síntesis, tanto del origen de estos posts, como de la línea de debate entre Filo y Cleantes.

Decidí redactar este post al leer que Paul Davies en su libro “La mente de Dios” dedica una sección al argumento del diseño como apoyo a la idea de que Dios originó el Universo. Tras exponer el argumento citando a William Paley (el escritor que mayor divulgación ha conseguido de dicho argumento mediante la analogía del mecanismo de un reloj con el Universo), Davies pasa a exponer la debilidad del argumento. Primeramente, ridiculizándolo mediante un razonamiento pretendidamente similar, razonamiento que ya comenté hace dos posts. Y luego dando por sentado que David Hume mostró la debilidad del argumento. Esta afirmación me “intrigó”, por lo que localicé el razonamiento de Hume sobre este tema, y lo encontré en el diálogo entre Cleantes, Filo y Demea, de su obra “Diálogos sobre religión natural”. Y de lo que yo he leído, en esa obra sólo se muestra debilidad del argumento en una lectura superficial. Analizando la argumentación de Filo (que es el interviniente en el diálogo que representa la postura escéptica) se desmonta fácilmente dicha argumentación, lo cual hice en el post anterior en lo concierne a la posibilidad de comparar las obras del ingenio humano con el Universo por la gran diferencia entre cualquier obra humana y el universo. Hoy me dedicaré a analizar su otro argumento: la imposibilidad de “transferir conclusiones sobre las partes al todo”. (página 37).

El argumento de Filo

Este argumento lo repite en varios párrafos, incluyendo también la imposibilidad de transferir conclusiones de una parte de la naturaleza a otra que sea muy remota:

Mas ¿puede acaso transferirse, apropiadamente, la conclusión sobre las partes al todo? Pues ¿es que la enorme desproporción no impide toda comparación e inferencia?”. (Página 37)

Lejos de admitir, continuó Filo, que la manera de operar de una parte proporciona justa conclusión sobre el origen del todo, jamás concederé que lo tocante a una parte sea regla para otra parte, si aquélla es muy remota de ésta”. (Página 38)

Pero ¿es qué una parte de la naturaleza constituye regla para otra parte que sea muy remota de aquélla? ¿es que una parte es regla para el todo? ¿es que una porción pequeña es norma para el universo entero? Pues ¿es que lo que acontece en una situación de la naturaleza, es regla cierta para la naturaleza en otra situación totalmente distinta de la primera?” (página 40).

Habrás observado que Filo plantea su argumentación en dos escalas:

Que no se pueden extrapolar conclusiones de una parte del mundo a otra parte si es remota (“…jamás concederé que lo tocante a una parte sea regla para otra parte, si aquélla es muy remota de ésta.”, “… ¿es que lo que acontece en una situación de la naturaleza, es regla cierta para la naturaleza en otra situación totalmente distinta de la primera?”).
Que no se pueden extrapolar conclusiones de una parte del Universo al Universo entero (“¿es que una parte es regla para el todo? ¿es que una porción pequeña es norma para el universo entero?”, “¿puede acaso transferirse, apropiadamente, la conclusión sobre las partes al todo?”, “Lejos de admitir, continuó Filo, que la manera de operar de una parte proporciona justa conclusión sobre el origen del todo”).

De una parte, a otra remota parte

Respecto a que no se puedan extrapolar conclusiones de una parte de la naturaleza a otro ámbito… dependerá de cómo se haga.

Está claro que, si en estas fechas (20 abril) un malagueño observa que sale el Sol a las 7 y media de la mañana, no puede concluir que también saldrá sobre esa hora en Oslo, por ejemplo. Pero una vez que conozca suficientes parámetros geométricos de la Tierra, la ubicación de Oslo y la oblicuidad terráquea  podrá calcular y averiguar que en Oslo el Sol sale casi dos horas antes (5:39 en vez de 7:34).

Con ese sencillo ejempló pretendo mostrar que, contrariamente a lo que mantiene Filo, sí se pueden extrapolar conclusiones de una parte del mundo a otra parte, aunque estén muy alejadas. Sólo se precisa conocer los datos y las leyes físicas y matemáticas que los relacionan. Y no hay que olvidar que las leyes físicas no solo son de aplicación en la tierra o el sistema solar, sino en todo el universo, así como las constantes físicas universales. Está claro que si Filo (y Hume) viviese en nuestros días, ni por asomo se le habría ocurrido afirmar lo que afirma en la página 38: “…jamás concederé que lo tocante a una parte sea regla para otra parte, si aquélla es muy remota de ésta”.

De la parte al todo, o al revés

Y respecto a extrapolar conclusiones de una parte del Universo al Universo entero, ¿por qué no? …, pregunto yo. ¿Acaso el Universo en su conjunto no está sometido al mismo tipo de leyes que rigen sobre cada una de sus partes?

Recordemos aquí el quid de la cuestión que debaten entre Filo y Cleante: Si en nuestra experiencia con las obras humanas, siempre que observamos orden y finalidad en la disposición de sus componentes es porque se originaron mediante un proceso de diseño inteligente, cualquier otra obra, aunque no sea humana, en la que se observe orden y finalidad, también deben provenir de algún proceso de diseño inteligente. Esto no es más que la aplicación del principio de que “efectos semejantes son pruebas de causas semejantes”, mantenido por Cleantes (página 29, por ejemplo) y también reconocido por Filo (página 35, por ejemplo).

¿Por qué este principio, siendo aplicable dentro del Universo no tendría por qué ser aplicable al conjunto de todo el Universo?

En lugar de cuestionar que la norma vigente en una parte del Universo pueda aplicarse al Universo entero, yo más bien alegaría que las normas aplicables al Universo entero sí son aplicables a sus partes internas. Pues es lógico pensar que el contenido “hereda” propiedades de su contenedor. Bajo este enfoque, la observación de orden y finalidad en los ingenios humanos o en los organismos naturales no sería más que el “reflejo descendente” de una característica fundamental del Universo: ser el producto de un diseño inteligente.

Esta característica a mí me parece evidente, aunque he de reconocer que hoy día es bastante rechazada. Pero creo que ese rechazo es otra consecuencia más de antropomorfizar a Dios, de imaginarle diseñando como lo hacemos los humanos.

Quizás merezca la pena reflexionar sobre este asunto.

(El 23/04/2024 todos los enlaces incluidos en este post estaban activos.)
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